domingo, 23 de abril de 2023

Las empresas de hasta 250 trabajadores que reduzcan la jornada laboral a cuatro días durante dos años podrán recibir ayudas

(Extraído de El País, 13 de abril 2023. Emilio Sánchez Hidalgo)

 


El Ministerio de Industria asigna 9,6 millones de euros al proyecto piloto en pleno debate en torno a la posibilidad de trabajar cuatro días a la semana. De momento, muy pocas empresas lo aplican

El Gobierno ya ha cerrado la convocatoria de ayudas a empresas que reduzcan la jornada laboral de sus plantillas, a la que ha tenido acceso EL PAÍS y que se publica en el Boletín Oficial del Estado este jueves. El Ministerio de Industria, responsable de la medida, ha asignado 9,6 millones de euros en subvenciones para compañías que recorten al menos un 10% la jornada laboral y mantengan el salario de las plantillas durante dos años. Este proyecto coincide con la intensificación del debate en torno a la jornada laboral de cuatro días, tanto en España (de momento con muy pocas empresas que hayan dado el paso) como en otros países.

Según especifica la convocatoria, este proyecto piloto se dirige a empresas industriales. Esta catalogación va más allá de las fábricas clásicas más habituales, como las de automóviles: entre las posibles beneficiarias están las firmas dedicadas al procesado y conservación de alimentos, a fabricación de prendas de vestir y calzado, a las artes gráficas o a productos farmacéuticos. La convocatoria especifica como posibles receptores las siguientes categorías de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas: de la división 10 a la 32; la 38.3 (con algunas excepciones); y las actividades complementarias a la producción industrial de las categorías, también con matices, 82.92, 52.10 y 33. En este enlace puede consultar en qué apartado se enmarca la actividad de su empresa.

Asimismo, estas ayudas solo están dirigidas a pequeñas y medianas empresas, que son aquellas que ocupan a menos de 250 personas y cuyo volumen de negocios anual no excede de 50 millones de euros o cuyo balance general anual no excede de 43 millones. Desde la publicación de esta convocatoria en el BOE, las empresas tienen un mes para presentar su candidatura. Pueden cumplimentarlas con certificado digital en la web de la Escuela de Organización Industrial, el organismo adscrito a Industria que ha elaborado esta convocatoria.

Entre los criterios de evaluación están la viabilidad económica y financiera del solicitante, la justificación de la viabilidad del proyecto y su impacto esperado. Tendrán más puntos aquellas empresas que apliquen la reducción a una mayor proporción de su plantilla y también las que fomenten una mayor reducción de la jornada. El mínimo es el 10% (cuatro horas menos para jornadas de 40), pero tendrán más opciones de obtener las ayudas las que implanten un recorte mayor. La resolución se publicará, como tarde, en seis meses.

Las empresas participantes tendrán que mantener durante dos años la reducción de jornada, de la que solo podrán beneficiarse aquellos empleados con contrato indefinido a tiempo completo. Además, el proyecto debe afectar, como mínimo, al 30% de la plantilla en empresas de hasta 20 trabajadores, y al menos a un 25% en las pymes con más trabajadores.

Cada empresa participante aspira a una subvención máxima de 200.000 euros. “Los gastos subvencionables del proyecto piloto deberán realizarse en el plazo de 12 meses a contar desde el día siguiente a la resolución de concesión”, especifica el documento. Entre esos gastos subvencionables están los costes salariales del personal afectado por la reducción de jornada: en las empresas de menos de 10 empleados puede llegar al 90% (del gasto como consecuencia de la reducción), del 80% para compañías de 11 a 52 empleados y del 75% para pymes con más de 53 empleados. También son subvencionables gastos de contratación de los servicios de formación relativa a la optimización del tiempo de trabajo o la auditoría del proyecto.

Fuentes del ministerio apuntan que este proyecto, de momento con un presupuesto escaso, se restringe a las actividades industriales para lograr una mejor representatividad estadística. Es decir, que las conclusiones sean más afinadas para poder trasladar después lo aprendido a otros sectores.

Valencia impulsa el fenómeno

Las empresas que aplican recortes de jornada con mantenimiento de sueldo en España son excepciones contadas, pero en otros países cada vez hay más. Un ejemplo paradigmático es el Reino Unido, que acaba de difundir los muy positivos resultados de un ensayo desarrollado en los últimos meses: 56 de las 61 empresas participantes han prorrogado la medida.

En España destaca el avance en la Comunidad Valenciana, cuyo Gobierno autonómico lanzó el año pasado subvenciones parecidas a las que ahora convoca Industria. Estas ayudas se otorgan a empresas que reduzcan la jornada laboral sin contraer el salario de los empleados, con una aportación de hasta 9.000 euros en tres años por cada trabajador al que se le reduzca el tiempo de trabajo un 20% o a 32 horas semanales. El presupuesto inicial del plan es de 1,5 millones de euros.

Esta iniciativa regional se completa con la que impulsa estos días el Ayuntamiento de Valencia: el 10 de abril el consistorio puso en marcha un proyecto piloto para comprobar el impacto en la productividad, en el ocio, la movilidad, la economía y la salud de las personas de trabajar 32 horas semanales. La fecha elegida para iniciar el experimento coincide con tres lunes festivos consecutivos y por el traslado de una festividad de enero a este mes. El centro de innovación Las Naves del Ayuntamiento evaluará los resultados para disponer de las conclusiones de esta prueba a partir del 20 de julio.

El proyecto nacional que ahora lanza Industria, del que se beneficiarán unas cuantas decenas de empresas, deriva de un acuerdo que el Gobierno alcanzó con Más País en 2021.

“Está calando”

En un reportaje reciente de este periódico, Joan Sanchis, profesor asociado de Economía Aplicada en la Universitat de València, asesor de la Conselleria de Economía Sostenible de la Generalitat Valenciana y autor de Quatre dies. Treballar menys per viure en un món millor (Sembra Llibres, 2022), comentaba que si el trabajador está más agobiado, la empresa aplica mal la jornada de cuatro días: “Si la gente va a estar más cansada, esto no sirve de nada. Lo importante es innovar para corregir las ineficiencias y que ello repercuta en la productividad. Podemos hacer lo mismo en menos tiempo sin agobiar al trabajador”.

Hasta ahora, el experimento de la jornada de cuatro días está calando más en empresas de oficina o con un marcado carácter creativo, ya que el trabajo por objetivos facilita esta transición. Pero también hay ejemplos en sectores que, por lo general, exigen mucho coste de personal. Es el caso del restaurante madrileño La Francachela. “Parecía una locura cuando me lo planteó mi socia, pero está yendo muy bien”, dijo a EL PAÍS María Álvarez, corresponsable del negocio y que insiste en la importancia de optimizar el tiempo para que proyecto prospere: “Quitamos unos huevos rotos que nos exigían muchísimo tiempo y los cambiamos por unas patatas con mojo que podíamos hacer con más agilidad. Además, los clientes piden lo que quieren desde la mesa por WhatsApp, con un sistema que convierte las conversaciones en ticketing”.

“La cuestión de fondo es revisar el papel del trabajo en nuestras vidas y hablar del derecho al tiempo. La realidad económica se está transformando. Ahora la jornada de cuatro días puede parecer una anécdota, pero está calando de forma muy rápida desde la pandemia, que nos hizo replantearnos casi todo. Es posible trabajar de otra manera y sobre esa certeza está floreciendo una alternativa al presencialismo y a echar horas sin sentido”, añadía Sanchis.

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