miércoles, 22 de julio de 2020

Un nuevo Contrato de Reparto de Empleo para repartir y crear empleo

Demostrar la necesidad de repartir el empleo se presenta como un empeño muy complicado, a la sombra de discursos muy enérgicos como el del Ingreso Mínimo Vital (tan fácil de entender como la pobreza misma), la Renta Básica Universal e Incondicionada (quizás se entienda pero no resulte demasiado convincente) o el Trabajo Garantizado (una fórmula tan clásica como el admirado Keynes y que, sin embargo, es posible que no traiga otra cosa que la precariedad garantizada: contratos temporales incentivados con cargo a los presupuestos generales del Estado). Al Reparto de Empleo no se le ve en el horizonte salvo para plantear reducciones de jornada, ya sean estas de seis horas al día o de cuatro días a la semana, apoyadas en la experiencia francesa de 1998, que, como es sabido, sus demasiados vaivenes han terminado por abortar las esperanzas puestas entonces.

Antes de seguir, ya adelanto que quiero reivindicar el Reparto de Empleo, pero para ello es menester hacer algunas aclaraciones. La primera: reducir jornada no es lo mismo que repartir empleo, si bien para repartir empleo sea necesario reducir jornada. En el Reparto de Empleo hay un nexo de voluntariedad que no tiene que ver con medidas macroeconómicas de reducción de jornada (caso de Francia), puesto que son l@s trabajador@s quienes deciden repartir, y con ello reducir jornada. Por lo tanto, son l@s trabajador@s quienes controlan su tiempo de trabajo.

La segunda cuestión es que la Administración interviene, y lo hace para incentivar a l@s trabajador@s, que reparten para que lo hagan sin reducción de ingresos (salario más pensión), siempre que con ello se contrate a una persona desempleada.

Y la tercera consideración es que l@s empresari@s tienen que participar en el proceso, y lo van a hacer sobre la base de que van a ver que el Reparto de Trabajo es útil y rentable para sus empresas.