Extraído del blog de Juantxu Bazán (https://juantxubazan.wordpress.com/)
En mi época de estudiante en Bilbao, a mediados de los setenta,
supe de la experiencia de los Traperos de Emaús, y de ella me serví
alguna vez para amueblar algunos de los pisos de alquiler en los que
cohabité, y también para husmear entre sus libros de segunda mano
algunas joyitas que aún conservo. La basura es un tesoro.
Pero ha sido en los encuentros con Banatu Taldea cuando he podido conocer un poco más a fondo la experiencia de los Traperos de Emaús en Navarra.
Primero, durante las jornadas sobre REPARTO DE TRABAJO PARA CREAR EMPLEO
que celebramos el 26 y 27 de noviembre del año pasado en Pamplona, y
posteriormente el 27 de abril de este año tras una reunión mantenida con
el vicepresidente del gobierno de Navarra, Miguel Laparra, sobre la
propuesta de Reparto de Trabajo a la que asistí junto a miembros de
Banatu Taldea y de Traperos. Ha sido en estos encuentros en los que he
conocido a Fernando, Jose Mari, Lucio, quienes junto a Chema y Jesús me
han instruido en esta experiencia en la que el Reparto de Trabajo deja
de ser una formulación teórica, una propuesta política, para convertirse
en una experiencia real.
Reducción de jornada para compartir el trabajo
Tras la reunión con Laparra, comimos y charlamos mientras tomamos
café. Muestro interés por lo que hacen los Traperos de Pamplona y
Navarra, y quiero saber de dónde surge la iniciativa de Reparto de
Trabajo. “El objetivo de Traperos es la solidaridad, por lo tanto la
igualdad salarial y el reparto de trabajo forma parte de su esencia, y en
los años noventa cuando empezó a plantearse la reducción de jornada a
35 horas, nosotros nos planteamos qué podíamos hacer para compartir el
trabajo con más gente, y decidimos reducir la jornada a 32 horas y
media”, nos dice Jose Mari García, gerente de Traperos, “lo decidimos en asamblea y en dos meses incorporamos a 25 personas”.
La experiencia Traperos en Navarra comienza en el año 72 con un
puñado de jóvenes movidos por un acto de compromiso y de respuesta ante
una situación indigna, el chabolismo padecido por la comunidad gitana,
con el objeto de conseguir fondos para facilitar viviendas para estas
personas que finalmente pudieron instalarse en el poblado de Santa
Lucía. Ya desde entonces se apuntalan lo que van a ser sus principios:
la solidaridad, el trabajo en común, y la recogida de residuos…. Los
Traperos de Emaús constituyen un movimiento internacional que se inicia
en la Francia de la postguerra europea gracias al empuje del Abbè Pierre
que promueve la concienciación y puesta en marcha de recursos para las
personas sin hogar, y que se formula en un pronunciamiento difícil de
cuestionar:
“Ante cualquier sufrimiento humano, según lo que puedas,
ocúpate no solamente en solucionarlo en el acto
sino también de destruir sus causas.
No solamente de destruir sus causas
sino también de solucionarlo en el acto”
En España también hay comunidades de Traperos en Murcia, Barcelona, Guipuzcoa, Bizkaia, Álava y Granada.
En la actualidad Traperos de Navarra agrupa a más de 200 trabajadores
y trabajadoras que cobran el mismo salario, 900 euros brutos por 6,5
horas diarias de trabajo, además de un salario en especie que proviene
de los propios materiales que se aprovechan en las recogidas (ropa,
muebles…), y la cobertura de gastos médicos que no cubre la seguridad
social, así como de la financiación de un 40 % de los gastos sociales
para aquellos socios que lo necesiten. En Traperos se prioriza a las
personas con mayores dificultades para su integración social y laboral, y
por encima de la productividad importa la adecuación a las
peculiaridades y características de las personas. Además de la equidad
salarial interesa la formación, obligatoria para los participantes a la
que tienen que dedicar dos horas y media a la semana.
Jose Mari García: “en las basuras tenemos que evitar las mezclas, pero en la vida cuanto más nos mezclemos seremos mejores”…”
Para los que pensamos que necesitamos transitar hacia un mundo más
ecológico y construir una sociedad más igualitaria, Traperos, patria de
los excluidos y excluidas, representa una isla en un mar de
turbulencias, una experiencia que nos hace creer que otro mundo es
posible, y sin embargo, ese mundo posible se construye sobre una
paradoja: hacer algo hermoso de lo que la sociedad rechaza, de las
personas excluidas, y de lo que se tira a la basura. “Somos los descendientes organizados del hombre del saco”, dice Jose Mari, “los
aparentemente inútiles aprovechamos lo aparentemente inútil para
construir cosas útiles para nosotros, para la sociedad y para el
planeta, y esto es posible porque Traperos es un espacio de relación en
el que nos necesitamos y nos servimos los unos a los otros”. Cita Jose Mari al sociólogo y humanista Jean Ziegler para recordarnos que “la generosidad es una reacción innata de la humanidad frente a las situaciones de injusticia”.
Otras de las características de Traperos es la diversidad, de razas,
de religiónes, de condiciónes sociales, de opciones sexuales, de
pensamientos… “esto es algo que se vive como un elemento
fortalecedor que nos ayuda a rascar la utopía con las manos, el
reconocimiento de las diferencias es una gran riqueza” dice Jose Mari, y concluye: “en las basuras tenemos que evitar las mezclas, pero en la vida cuanto más nos mezclemos seremos mejores”.
En coherencia con este pronunciamiento en Traperos conviven veintinueve
nacionalidades diferentes. El pasado de las personas no importa en
Traperos, lo que importa es lo que quiere hacer con su presente y su
futuro.
Y en el presente importa el trabajo. El objetivo principal es la
recogida y reutilización de residuos de todo tipo: objetos voluminosos
(muebles y asimilados); RAEES (residuos de aparatos eléctricos y
electrónicos); ropa; vidrio; papel y cartón; pilas; juguetes; libros.
Los sistemas de recogida varían en función del tipo de residuo, desde la
recogida domiciliaria o por comercios, a la instalación de contenedores
o puntos de recogida; y para ello disponen de una importante
infraestructura: una nave central en Sarasa y otra en Estella, y además
cinco tiendas de segunda mano (tres en Pamplona, una en Estella y otra
en Tudela). Es importante señalar que una parte de los residuos son
reutilizados por los propios Traperos, procesando, separando, e incluso
reparando. Por ejemplo, la fabricación de trapos de cocina procedentes
de telas en desuso, la reutilización de mobiliario o la reparación de
juguetes (los “titos” según la denominación dada por los Traperos). La
principal fuente de financiación proviene de los contratos con
ayuntamientos y mancomunidades de Navarra para la recogida de residuos.
Para más abundamiento se pueden consultar las memorias anuales de
Traperos en las que se explica de forma clara su actividad:
Traperos también es una experiencia de vida comunitaria que se plasma
en la vivienda colectiva de Belzunce en la que viven treinta personas,
una casa construida con criterios bioclimáticos en el diseño, materiales
reciclados, la reutilización del agua, depuración con filtros
biológicos, y con autosuficiencia energética a través de energía solar
durante una buena parte del año. La apuesta de Traperos por las energías
renovables y la reducción de emisiones CO² está en el ADN de la
organización desde sus inicios; además de la casa bioclimática con su
instalación solar térmica, los almacenes de Sarasa se autoabastecen con
un aerogenerador y una red de placas solares térmicas. Por otro lado,
Traperos se ha convertido en un magnífico recurso para promover la
educación y sensibilización ambiental, el fomento de la economía local,
el comercio justo y el autoconsumo. Hoy hablamos de economía circular,
y vamos a escuchar esta expresión hasta la saciedad, pero ya hace más
de 45 años que los primeros Traperos la inventaron como un medio de
subsistencia y como un modo de vida. La memoria ambiental de 2013 que
cuelga en su web da una idea del compromiso de Traperos por el medio
ambiente:
Solidaridad, reparto, igualdad salarial, diversidad, ecología, economía circular… son las fortalezas de Traperos. Fernando Armendariz nos recalca la importancia del componente afectivo, “el
empeño de agradecer todo lo que hace la gente de Traperos, gente a la
que jamás le han agradecido nada, esto es algo que fortalece las
relaciones”. “Nos definimos como un proceso en el que las personas son
lo más importante, y es un proceso que ha ido cambiando, manteniendo la
fidelidad a unos principio pero adaptándose, porque las personas también
cambiamos”, señala Jose Mari, que recalca que la estructura
organizativa de Traperos es piramidal, no autogestionada, pero que en su
toma de decisiones se precisa la búsqueda del consenso y la
participación de todos como elemento transversal. Dice Jose Mari que la
autogestión es complicada en un colectivo tan heterogéneo pero no
descarta que haya caminar hacia formas de autogestión y estructuras más
horizontales, señalando que en Traperos todo es cuestionable, de hecho
desde noviembre se está trabajando en la revisión de la propia
organización, y en la actualidad se reflexiona sobre el marco de
relaciones laborales.
Fernando Armendáriz: “en Traperos un conflicto nos descoloca a todos”
Traperos de Emaús es una fundación sin ánimo de lucro que se organiza
en función de las tareas (recogida de objetos, tiendas, ropa, RAEEs,
titos…) en las que cada responsable forma el grupo de coordinación (el
órgano máximo en la toma de decisiones directivas). Fernando quiere
insistir que en Traperos la vida laboral no es como en cualquier
empresa, “aquí es fundamental la cohesión en el grupo…”, dice
Fernando, “cuando la gente te percibe como eres estás acogido a una
especie de manto en el que los más puteados son tu mejor garantía”. Pregunto por la forma de intervenir sobre los conflictos, y Fernando nos dice que “hay
un régimen disciplinario, y hay referencias reconocidas de autoridad
que en modo alguno tienen que ver con ‘ordeno y mando’, sino que es una
autoridad reconocida, que pertenece a todos. También hay que decir que
las normas en Traperos no se aplican igual para todo el mundo porque hay
personas que tienen más limitaciones que otras, y nos aplicamos aquello
de que ‘el que no puede debe ser ayudado por el que puede’”. Termina Fernando recalcando que “en Traperos no ha habido despidos, aquí no encaja”.
Una institución como la de Traperos en la que apreciamos una alta
cohesión y compromiso de los participantes tiene también grandes
dificultades por su gran heterogeneidad, con cargas personales
emocionalmente complejas, que provienen de la exclusión y del
sufrimiento en muchos casos, por lo que necesitan funcionar bien para su
propia superviviencia. Fernando está convencido de que “todo el
mundo sabe que tiene que funcionar bien porque si no es así no
sobrevivimos, de ahí la necesidad de autocontrol para superar los
conflictos, algo que es esencial porque en Traperos un conflicto nos
descoloca a todos”.
Pregunto a los participantes en la sobremesa si la labor de los
Traperos está suficientemente reconocida. Tanto Jesús Viana como
Fernando Armendariz son concluyentes: “creemos que si es apreciada
aunque no suficientemente conocida; llevamos toda la vida recogiendo los
trastos de la gente y pensamos que la imagen de Traperos es reconocida
como imagen de dignidad y buen trato; incluso entre las Administraciones
existe un reconocimiento por la función social de los Traperos”. Pienso
en ello. Imagino la nómina de un consejero de un gran banco, o la ficha
de un futbolista de primera división. Lo que ganan en un día es
comparable a lo que cobran los Traperos de toda España en un año, y el
espacio y tiempo dedicado a estos personajes es infinitamente superior
al dedicado a nuestros casi anónimos Traperos. Concluyo que no, que el
reconocimiento social en nuestro país no está bien compensado y que
debiera importar más las vidas de las personas que nos hacen mejores.
Nos despedimos callejeando por el casco viejo de Pamplona, y me
prometo hacer una visita con los treinta alumnos trabajadores de Escuela
Taller “Aprender Reciclando” que dirijo en estos momentos, con la
convicción de que tenemos mucho que aprender de esta magnífica
experiencia que merece ser contada y transmitida al resto del mundo.
Juantxu Bazán, 24 de julio de 2016
Más información sobre los Traperos de Navarra:
http://emausnavarra.org/index.php/es/
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