Extraído de:
https://www.noticiasdenavarra.com/opinion/cartas-al-director/2019/12/16/trabajar-6-horas-derecho-social/1008899.html
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Hace un años se llevó a cabo un experimento en una residencia de ancianos de la ciudad de Gotemburgo, donde los y las trabajadoras vieron reducidas sus jornadas laborales de ocho a seis horas diarias, sin que dicha bajada de horas repercutiera en su salario. El proyecto finalizó en 2016 con unos resultados que confirmaron una evidencia, menos horas de trabajo cristalizan en una mayor productividad, menos estrés y un mejor ambiente laboral.
Que trabajar menos horas es positivo para las clases populares y el planeta no solo queda avalado por un experimento peregrino sueco, sino también por diversos estudios científicos. Ahora bien, está claro, como se dictaminó tras el experimento, que dicha opción no es rentable, y no es rentable y aquí está el quid de la cuestión, porque este paradigma no es compatible con los intereses de los y las empresarias. Es en este punto donde, como dirían nuestras abuelas, podemos enunciar que vuelta la burra al trigo, es evidente que existe un conflicto/interés de clases por mucho que muchos lo quieran negar, y este conflicto solo tiene una salida, tanto para la clase trabajadora como para el planeta, establecer unos marcos de producción y de consumo que sean gestionados bajo criterios ecosociales y cooperativos.