domingo, 22 de abril de 2018

Solasbide reclama el trabajo decente en clave de dignidad

Extraído de: http://www.noticiasdenavarra.com/2018/04/22/economia/solasbide-reclama-el-trabajo-decente-en-clave-de-dignidad

pamplona- Medio centenar de personas, de diferentes ideologías y creencias, se reunieron ayer en el Seminario de Pamplona para reflexionar sobre La crisis del empleo y trabajo decente: realidad y requerimiento de humanidad. Lo hicieron convocados por Solasbide, una asociación nacida en 2011 de la mano de profesionales e intelectuales cristianos que pertenece al movimiento católico internacional Pax Romana.

La mayoría de los participantes en el encuentro subrayaron la importancia de unir el empleo a la dignidad humana. Sin olvidar que dicha unión no existe en gran parte del mundo, en nuestra sociedad occidental sí parecía incuestionable que tener un trabajo garantizaba la inserción social. La precarización de los últimos años ha creado la figura del trabajador pobre, sobre la que habló Ángel Iriarte, director de Caritas. Señaló, en este sentido, que un 20% de los trabajadores españoles son pobres, mientras que en Navarra dicho porcentaje es del 10%. “Finalizada la segunda Guerra Mundial -señaló- hubo un pacto entre capital y trabajo. Dicho pacto supone que la economía no se democratiza, aunque a cambio ofrece seguridad, educación, sanidad y pensiones a los trabajadores y sus familias. Ese pacto está actualmente en crisis”.

El psiquiatra Vicente Madoz, miembro de Solasbide, se refirió a la revolución tecnológica, presentada como una amenaza por la pérdida de empleo, y subrayó la importancia de destacar las posibilidades que ofrece: “Por ejemplo, la igualdad que permite en cuanto a capacidad física entre hombres y mujeres”. Pero más allá de esa cuestión, Madoz insistió en la conveniencia de cambiar la cultura del trabajo. “Debemos unir el empleo no tanto a la economía sino a la dignidad del ser humano, a la salud, al ser de la persona, a su felicidad. Y deberíamos sustituir la idolatría del dinero por la dignidad del ser humano”.

derechos humanosEl ingeniero industrial Antso Fernández subrayó los cambios de la revolución digital, “que nos ha traído nuevas formas de relaciones laborales, comerciales e interpersonales”. En esta nueva situación, consideró importante pensar en “cómo colocar los derechos humanos y la sostenibilidad en el centro de esta revolución tecnológica”. Guillermo Múgica, teólogo y miembro de Solasbide, se mostró preocupado porque el actual sistema económico quiere convertir a cada persona en una empresa, “que tiene que funcionar únicamente en claves de eficacia y competitividad”.

una fórmula que funcionaFernando Armendáriz, de Traperos de Emaus, apostó por la austeridad, “un valor también cristiano que es una opción voluntaria y solidaria”, al tiempo que criticó la precariedad, “que ha aumentado la brecha entre ricos y pobres”. Armendáriz planteó el reparto del trabajo como una muestra de austeridad y solidaridad. Algún participante lamentó que esa posibilidad no esté contemplada en casi ninguna empresa. Luis Hualde, funcionario y miembro de Banatu, explicó la experiencia en la Administración foral. Desde hace algo más de tres años, el Gobierno permite a los profesionales acogerse a un permiso de tres o seis meses al año sin retribuir, aunque manteniendo la cotización. “Gracias a esta posibilidad se han creado 1.273 puestos de trabajo decente, bien remunerado, con un coste de 400.000 euros para la Administración por la doble cotización. Es una buena iniciativa porque se crea trabajo de calidad con un coste razonable, sin olvidar el importante retorno social”.

la importancia de la formaciónEn la jornada se planteó la importancia de la formación. Lo subrayó Esther Monterrubio, profesora y actual directora del Servicio de Formación Profesional del Gobierno de Navarra. Se mostró preocupada por el alumnado que abandona los estudios e insistió en dar la vuelta al sistema educativo. “Hay que echar el resto en los niños y niñas de tres años porque ahí es donde se crea la personalidad”.

La formación, no obstante, no es garantía de empleo digno. Mercedes Márquez, una mujer inmigrante con estudios de FP, se refirió al laboral como un sistema que condena a la esclavitud, “porque a pesar de tener formación y trabajar en el sector del cuidado de ancianos, tenemos sueldos inferiores a los mil euros. Quién se beneficia de esa explotación”, dijo.

Itziar Urbiola, responsable de Recursos Humanos, habló de la crisis de empleo unida a la de valores. Tras referirse a la inspiración cristiana de Solasbide, y desde su distancia a esa creencia, sugirió que la Iglesia aproveche su potente y global altavoz para denunciar la precarización del trabajo. También opinó que el sistema de mercado no tiene valores.

El empresario Sixto Jiménez insistió en la necesidad de incrementar el salario mínimo interprofesional y criticó las voces que proponen su supresión “porque eso llevaría a una situación de esclavitud”. Comentó la necesidad de impulsar la solidaridad, “nuestro Auzolan es un ejemplo”, y se mostró preocupado por la llegada de una nueva crisis a un Estado con una deuda pública que se acerca al 100% del PIB. Las conclusiones provisionales de la jornada las realizó Miguel Izu.
- Leire Erbiti

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